Porque no tengo más armas en mi corazón
Que el orgullo de mi dolor y la repartición de mis odios
Ojos inocentes como un cielo despejado por las nubes
Solo resaltan el recuerdo, el alma del pasado,
Que resulta muchas veces, más fuerte que la muerte
O por lo menos su variación primaria
De noche nos escondemos
Como dándole otra oportunidad a la inocencia
Brillando como grillos, danzamos
Recorriendo el camino del aroma que han dejado esas cosas que ya pasaron y que
forzamos mirar atrás
Ahora sólo el viento roza mi estatua de Sodoma
Es preferible olvidarlo todo: te lo dije.
No quería mi corazón de sabor agrio,
Mucho menos inmóvil, también se lo dije a él: no mires atrás
Deslízate rápido, no hagas caso a los relámpagos, ni a los llantos: no mires atrás…
Ahora todo me sabe mal
Hastío se volvió mi querer
Y los consejos simples ayudas caóticamente distribuidas.