Qué cosa más triste Qué triste y qué cosa Y no sabe de nada Y no sabe de nadie Silvio Rodríguez, El seguidor de Arcoíris
Fui Neruda, De Moraes, Intentando Benedetti. Quise ser, Para ser. Nunca fui. Me hubiera bastado Ser, Simplemente, Un bastardo, Y componer, Y escribir, Plagiar sin comillas Cantar en bastardilla. Tal vez, declarar, Declamar, Reclamar, Forcejear Por un poco de desprecio. Y regatear, Al peor Pablo, Vinicio, Mario. Seguir el arcoíris. Odiar lo que no he odiado, Con uñas y con dientes, Exorcizar la tormenta de los aMoraes. Abigarrar el ruido del mar, Con el vacío, los sonidos del alma, Entonar la tonada, Discreta, secreta y agridulce, De los trópicos de Macondo, la nueva. Celebrar los mediodías, Con un medio aplauso, Desgarrar el desgano. ¡Soy Neruda! ¡Soy de Moraes! Sospecho, ahora tengo la impresión, Nunca Benedetti. ¡Ni tú! Cosa solemne y triste.
(Bacatá, tierra extranjera para calibanes, Junio once del año dos mil dieciséis)
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