You are an accident
waiting to happen» U2, Who’s gonna ride your wild horses
Eres el destello de los suspiros que adornan esta larga caravana. Parsimonia y cabalgar, pues quedan aún por desollar varias noches de verano. Es la carga que persigue, una sombra perseguida, las que alumbran esta larga caravana. La insistente calma, el ardor, los clamores. Los amores, las almas, las albas, Los rastros del cólera. La incertidumbre certera, La infundida palidez, El trauma de las tramas. No quiero que salgas. Ojalá no salgas cara Habana. Siempre resultará mejor despedir la última bienvenida, insistir en la conspiración, tener que retener cómplices y volcarnos a las Paces, para que te quedes. Y te quedes, y te quedes, y te quedes, como un nunca jamás . O, por fin, y, sin embargo, te quedes. Tendrás que irte. Pero te ruego: piensa, justo antes de saltar al medio de viejas brazas y bailar de nuevo la estridencia de los tambores, que estás eximida y exigida, a quedarte un tantito más. Luego, déjame. Antes, déjame saber – en realidad, quiero coincidir, flamear la esperanza entusiasta – que estuviste (muy adentro).
(Danzing straϐe und Böᶚowstraϐe. Berlin, juli 10.2016)
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