Solo me hace falta que estés aquí con tus ojos claros Víctor Heredia, Razón de vivir
¡Cómo dueles Argentina! De Ushuaia a La Quiaca. De la Pampa húmeda a la Resistencia ardiente. Espero que, en todo caso, tu simiente Devuelva nuevamente la ensenada entente. ¡Cómo dueles argentina! De pies a cabeza. Con razón, sin corazonadas. Con quilombos por resolver, revoluciones traicionadas. Liberada de provocaciones que aún no han sido compensadas. Ah, pero ¡cómo me dueles Argentina! Con la A en mayúscula y cuando simplemente vienes en minúsculas. Bien sabes a Malbec agrío con las luchas en alto. Sin que hayas resuelto gritar con agravios La voz de los humildes que se reclama sin atavíos. Déjame, por fin, de doler, argentina: Te basta un día para sembrar la aurora, Y aunque en tierra seca esperan la hora, Para que desde abajo la garganta incite Y para que el pueblo nunca deje de decir: ¡agiten!
Bogotá, D.C., Un día de junio en el quinto año de la (no) implementación del Acuerdo de Paz.
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